Enfermería e Inteligencia Artificial: el futuro que ya es presente

La enfermería está evolucionando. No solo en cómo cuidamos, sino también en cómo pensamos, decidimos y nos organizamos. En medio de este cambio, una aliada silenciosa está tomando cada vez más protagonismo: la inteligencia artificial (IA).

Quizá a muchos les suene a ciencia ficción o a algo lejano, pero la realidad es que la IA ya está aquí, formando parte del día a día de muchos profesionales de la salud. Desde sistemas que predicen complicaciones clínicas hasta aplicaciones que ayudan a gestionar el trabajo diario, la IA se está convirtiendo en una herramienta clave para mejorar la calidad del cuidado y reducir la sobrecarga en los equipos de enfermería.

Por ejemplo, el Hospital Universitario de Bellvitge ha implementado un asistente virtual llamado Lola para el seguimiento de pacientes con asma grave. Este sistema realiza llamadas automatizadas, recoge información sobre el estado del paciente y genera informes que el equipo revisa para detectar descompensaciones.

Asimismo, el Hospital San Juan de Dios de Zaragoza ha incorporado un sistema de IA para prevenir caídas. Mediante sensores y algoritmos, detecta movimientos inusuales y avisa al personal de enfermería si un paciente en riesgo se levanta de la cama, permitiendo una intervención rápida.

En la planificación del cuidado, algunos softwares analizan grandes volúmenes de datos para priorizar intervenciones, detectar patrones ocultos o sugerir rutas de actuación.
¿Significa eso que las enfermeras serán reemplazadas? En absoluto. La IA no sustituye el juicio clínico ni el toque humano, sino que los fortalece.
Nos ayuda a ser más eficientes, tomar decisiones con mayor seguridad y evitar errores, para así poder dedicar nuestra atención directa a lo que más lo necesita: los pacientes.

En la formación y el aprendizaje continuo, la IA también está abriendo camino. Existen simuladores clínicos con escenarios realistas, asistentes virtuales que resuelven dudas clínicas y plataformas de aprendizaje adaptativo que se ajustan al nivel y ritmo de cada profesional.

Además, la integración de la IA en la práctica de enfermería requiere una preparación adecuada. Según el artículo de Rony et al. (2024), es fundamental que las enfermeras reciban formación específica en IA para estar preparadas para su implementación en el futuro. La educación y el entrenamiento en IA son esenciales para maximizar sus beneficios en la atención al paciente.

Ahora bien, no todo es tecnología. Hace falta también sentido ético, pensamiento crítico y reflexión profesional sobre cómo, cuándo y por qué usamos estas herramientas. La enfermería no puede perder de vista su esencia: cuidamos personas, no algoritmos.
La empatía, la observación y la intuición siguen siendo humanas. Y siguen siendo nuestras.

La inteligencia artificial es una herramienta poderosa. Y como toda herramienta, solo suma si se usa con formación, ética y visión clara. Puede ayudarnos a avanzar hacia una enfermería más resolutiva, segura y conectada con su tiempo.


Referencias

Anexo a unas de las enfermeras que más marcan tendencias acerca del tema Esther Gómez : https://www.instagram.com/p/DJOO1SfKgIe/

💙 Y aprovechando que hace unos días fue el Día Internacional de la Enfermería (12 de mayo), no podemos cerrar esta entrada sin decirlo claro: Feliz Día de la Enfermería a todos. Un trabajo difícil, con una enorme carga asistencial, y que muchas veces es invisibilizado o menospreciado, especialmente en España, donde aún queda mucho por reconocer y valorar. No somos superhéroes ni deberíamos tener que serlo. Somos profesionales cualificados, con vocación, formación y límites, y merecemos condiciones justas y respeto real.
Poco a poco, paso a paso, seguiremos demostrando el valor de esta profesión que, a pesar de todo, sigue cuidando sin rendirse.



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